Donde antes existían rutinas sin importancia, ahora surge un interés hasta por el más mínimo detalle. Lo acarrea el embarazo: la atención por todo lo que rodea a la madre. El cuidado prenatal modifica todas las rutinas.
Llevar costumbres saludables resulta recomendable para cualquier persona. Pero el embarazo representa una de esas circunstancias en las que todo se transforma. Las prioridades cambian por completo. La madre alberga una nueva y delicadísima vida que debería proteger. Pero ¿cuáles son los cuidados durante el embarazo?
En cuanto llega el embarazo, cualquier cosa considerada hasta entonces normal esconde otra cara. Por ello, se aconseja acudir con diligencia y regularidad al médico y seguir todas y cada una de las instrucciones de cuidado, observación, análisis y diagnóstico. Durante los próximos meses, el especialista se convertirá en tu mayor consejero.
El cuerpo de la embarazada se transforma en pocos meses y, en cada uno de ellos, se presentan diferentes necesidades. Los cuidados requeridos se enmarcan en varios grupos principales.
El embarazo supone la motivación básica para cambiar algunos hábitos en la alimentación. Ya no se come solo para satisfacer las necesidades fisiológicas o pequeños caprichos. Se han de considerar también las necesidades de la personita que se desarrolla en el interior del cuerpo.
Así, deberías aprender a evitar determinados alimentos e incorporar otros. Constituye una buena manera de cambiar las rutinas alimentarias, de modo que se afiance el consumo de frutas y verduras, las proteínas de calidad y más vitaminas (principalmente, ácido fólico), además de minerales (hierro y calcio).
También habrá que reducir el consumo de grasas y limitarlas a las más saludables, así como evitar los excesos y sustancias no recomendadas (cafeína, alcohol o tabaco). En definitiva, se trata de llevar a la práctica hábitos ya conocidos pero que, durante el embarazo, se hacen más presentes. Los especialistas indicarán la mejor dieta para seguir, con el fin de que te alimentes de la manera más adecuada y, al mismo tiempo, controles tu peso.
Asimismo, durante el embarazo, el consumo de agua cobra vital importancia. La mineral, como Agua de Bronchales, mantiene el cuerpo hidratado en el momento en el que más falta hace. Su pureza garantiza que no se incorporan al organismo sustancias nocivas y su mineralización muy débil ayuda a mantener un control de los nutrientes.
Conviene fijarse más en los hábitos de limpieza de la piel, la boca y las zonas íntimas. Como siempre, se han de cepillar los dientes después de cada comida. Con respecto a la piel, se usarán cremas hidratantes, para prevenir las marcas y las estrías.
También conviene no descuidar la higiene en el hogar, pues el cuerpo en esta etapa es mucho más sensible a los cambios del medio: cambiar la ropa de cama con frecuencia, controlar que no se acumule mucho polvo en los muebles, en el caso de que tengamos mascotas llevar un poco más cuidado con la limpieza del hogar…
Salvo recomendación médica, nada impide a la embarazada practicar deporte, aunque debería adaptarse a las circunstancias, pues el ejercicio físico resulta realmente aconsejable para mantener el cuerpo fuerte y sano.
El embarazo representa una oportunidad única para entrar en la dinámica deportiva. Paseos frecuentes, natación, ejercicios aeróbicos o pilates constituyen alternativas más que interesantes.
La futura mamá debería aprender a darse un respiro y a relajarse. La práctica de la meditación y el yoga ayudan, de hecho, a dejar atrás las preocupaciones. Dormir unas ocho horas al día resulta igualmente fundamental.
Además, desde Importaco queremos recordarte que si incorporas estos hábitos antes del embarazo, ello contribuirá a que ya lleves camino andado. El agua mineral forma parte de los hábitos saludables en el cuidado prenatal. Alimentación, descanso, ejercicio e higiene conforman los cuatro pilares clave sobre los que descansa un futuro precioso. ¡Anota estos sabios consejos ante la llegada de un nuevo miembro a la familia!