Una llamada, una cita, una reunión, otra llamada, quedar a las cinco con una amiga, a las seis en la academia de inglés, a las siete y media el yoga. Al día siguiente, igual o parecido. Y el fin de semana, la presión de buscar planes, ideas, alternativas de ocio. La cuestión es no parar de hacer cosas. ¡Qué estrés! Al final, solo te apetece quedarte en casa. Y eso quizá no sea tan improductivo como lo pintan. ¿Sabes lo que es el nesting?
Parece que la presión del «mundo exterior» está empezando a pasar factura en la actitud de la población. Tenemos demasiados planes y actividades, demasiada conexión y muchas prisas, algo que se ha extendido incluso al ocio. Durante muchos años, el culto al «no parar» ha tomado por asalto toda nuestra vida, hasta el punto de que se ve con malos ojos el tener horas libres y el no hacer nada.
Sin embargo, la ansiedad o el estrés que causa el perderse cualquier evento o reunión social se está convirtiendo, poco a poco, en ganas de quedarse en casa. Frenar es lo que proponen los defensores del nesting («anidar», en inglés).
Es el arte de gozar de las pequeñas cosas, del hogar. Ahí está la clave. El nesting nos dice que no hay lugar mejor para estar a gusto que el nuestro, el reconocible. El sitio donde podemos descansar, entretenernos o, incluso, permitirnos el aburrimiento. Algo que tampoco es tan malo.
Hacer un nido en casa es, por tanto, una manera de dejar fuera el mundo acelerado y buscar un rato de sosiego para uno mismo. ¿Quién no quiere que su casa sea acogedora y que dé gusto volver a ella tras un duro día de trabajo?
Ciertamente, para seguir esta tendencia solo tenemos que aceptar que la vida ajetreada nos cansa y asumir que, quizá, necesitemos cerrar la puerta. Se trata de dejar atrás la ansiedad, el estrés y la sensación de premura que causa el perderse actividades culturales, citas o fiestas supuestamente imprescindibles. Los planes de ocio, que se supone que deberían generar bienestar y felicidad, se están convirtiendo en un compromiso más en la agenda.
Una parte importante del gusto por el recogimiento está en encontrar confortable la vivienda. Es algo obvio, porque un entorno agradable y acogedor invita a la relajación y al disfrute sencillo.
Por ese motivo, el nesting ha buscado y encontrado todo un mundo de propuestas decorativas. El practicante del nesting encuentra placentero buscar soluciones de comodidad y belleza sencilla para su hogar. Se ponen en práctica ideas que convierten en acogedor cualquier rincón.
Esto está llevando a un interés creciente por el bricolaje, la jardinería, la huerta urbana (incluso en el balcón) y los trabajos manuales. El objetivo es que la casa sea un espacio en el que de verdad te apetezca estar, así como que tenga efectos beneficiosos sobre tu bienestar. Lo bello, sencillo y cómodo es realmente terapéutico.
Con el tumulto que hay afuera ya no parece tanta pérdida de tiempo el quedarse en la cama, leer a solas, apagar el móvil, cocinar con mimo, escuchar música o incluso disfrutar de las tareas del hogar. Lo confortable es lo cercano, las pequeñas actividades (o ninguna) que se pueden practicar entre cuatro paredes. Unos muros que ya no nos hacen sentir encerrados, sino acogidos.
Ahora que te hemos descubierto lo que es el nesting, ¿te animas a practicarlo? Este fin de semana, con tus pequeños caprichos y un vaso de agua mineral de Bebidas Naturales sobre la mesita, ya no tendrás motivo para levantarte mientras anidas en tu sofá y ves tu película preferida. En Importaco nos parece un buen plan. ¡Relájate con el nesting!