¿Conviene tomar agua muy fría tras el ejercicio físico?

Como sabes, el agua y el ejercicio físico son compañeros que no pueden ni deben separarse. La hidratación es fundamental para el rendimiento deportivo y, sobre todo, para la salud. Se debe beber antes y durante el ejercicio para que las funciones corporales sigan siendo eficientes y respondan al esfuerzo físico al que sometemos a nuestro cuerpo.

Por supuesto, la hidratación no debe parar cuando cesamos la actividad física. Una vez terminado el ejercicio, conviene beber agua para reponer los líquidos perdidos y, así, recuperar el mismo nivel de hidratación que teníamos antes de empezar.

Beber agua tras realizar deporte es indispensable. Mejora la circulación sanguínea, por lo que se consigue que el oxígeno llegue con mayor rapidez a las células, lo que se traduce en una pronta recuperación muscular. Es decir, si nos hidratamos correctamente tras el ejercicio, el cansancio desaparecerá antes.

Respecto a esta correcta hidratación, una de las dudas más frecuentes reside en la adecuada temperatura del agua. ¿Debe esta tomarse fría o del tiempo? ¿Es solo una cuestión de gustos? En este artículo nos detendremos en este punto.
¿Es conveniente beber agua muy fría tras el ejercicio?

Después de una intensa jornada deportiva, el cuerpo necesita reponer los líquidos perdidos. El deporte aumenta la temperatura corporal y esta es la principal causa de deshidratación, ya que, para reducir el exceso de calor, el agua del cuerpo sale por los poros de la piel para evaporarse en el aire y enfriarnos. Este es un mecanismo muy efectivo para no convertirnos en auténticos hornos y sufrir un desequilibrio en la temperatura.

Pero ello no significa que al terminar de hacer deporte volvamos automáticamente al estado previo. La temperatura corporal sigue elevada y necesitamos consumir más agua mineral natural para reducirla. Además, ante el calor buscamos instintivamente algún líquido frío que, aparte de hidratarnos, colabore en la reducción de la temperatura por sí mismo.

Sin embargo, hay varios motivos por los que se recomienda evitar beber agua fría al acabar el ejercicio.

¿Por qué no beber agua fría?

Existen dos factores fundamentales por los que se recomienda evitar el agua helada:

Retrasa la absorción de minerales. Esto es especialmente importante cuando la temperatura es elevada. En este caso, la pérdida de líquido a través de la piel es tan grande que además de agua, se pierden sales minerales. Estas son necesarias para el buen funcionamiento del sistema, por lo que es importante que se mantengan equilibradas.

La reacción al acabar de hacer deporte es beber una gran cantidad de líquido demasiado frío. Esto incorpora al organismo repentinamente mucha agua helada, por lo que a este le cuesta más tiempo absorber las sales minerales, de modo que, a su vez, ralentiza la hidratación. La solución será mezclar un poco de agua fría junto al agua a temperatura ambiente para recuperar una temperatura normal y a la vez intentar beber a un ritmo más pausado.

Cambio de temperatura. Si la temperatura de tu cuerpo es elevada tras el ejercicio e introduces una cantidad de agua muy fría, el contraste térmico puede afectarte. Para evitar el malestar que ello puede producir, la mejor opción es esperar unos minutos antes de beber agua para que nuestro cuerpo alcance unos niveles normales. Posteriormente, beberemos agua de una forma pausada.

En definitiva, el agua y el deporte, así como el agua y la salud, van de la mano. Te recomendamos evitar el agua muy fría después del ejercicio, pues, como hemos visto, puede resultar contraproducente. Apuesta por un agua mineral natural, como Agua de Bronchales, a temperatura ambiente o ligeramente fresca. Bebe sin prisa dejando que el cuerpo se atempere.

Comparte