El deporte y el ejercicio en las personas mayores

El deporte es una actividad necesaria en todas las etapas de la vida. Hacer ejercicio sienta bien al cuerpo y a la mente. Relaja, fortalece los huesos y los músculos y mantiene activas las habilidades cognitivas.

Dieta equilibrada, buena hidratación, relaciones sociales estimulantes y ejercicio físico son las bases para una vida más plena. Por eso, las personas mayores nunca deberían olvidar el ejercicio.

La importancia del ejercicio en las personas mayores

Nunca se insiste lo suficiente en la importancia del ejercicio entre los mayores. Con la edad llegan los achaques, el cansancio y un mayor sedentarismo. Esas circunstancias afectan a nuestra relación con el ejercicio. Lo abandonamos cuando, en realidad, más bien nos hace.

Conforme pasan los años, el organismo se debilita. Un buen ejemplo es el caso del esqueleto. Los huesos se descalcifican y eso lleva a cierta fragilidad. De hecho, las caídas inoportunas tienen consecuencias mucho más graves entre los mayores. Un golpe sin importancia durante la juventud puede ser una lesión importante cuando somos más mayores.

Otro ejemplo está en la fuerza muscular. Con la edad se pierde masa muscular de manera natural. Se pierde fuerza y resistencia y la capacidad de esfuerzo disminuye. Eso dificulta el movimiento y la práctica de muchas actividades. Quedarse sentados se convierte en la rutina diaria de los mayores.

Pérdida de reflejos, de memoria espacial o de habilidad manual son síntomas característicos del envejecimiento. El ejercicio resulta ser el mejor remedio, es la actividad que permite ralentizar los efectos del paso de los años. Por ejemplo, con el aumento de la densidad ósea. Las personas deportistas tienen huesos más fuertes y, cuando se hacen mayores, la descalcificación es menor y las caídas tienen consecuencias menores. La práctica del deporte en edades avanzadas frena la descalcificación, lo que permite mejor calidad de vida.

¿Cómo deben practicar ejercicio las personas mayores?

Existen muchísimas modalidades de ejercicio físico, pero no todas son aptas para mayores. No se trata aquí de entrenar a nivel de competición. Se trata de mantenerse en forma, activos. Sanos, en definitiva.

Por eso, los más adecuados serán los de intensidad baja o moderada, lo que va desde paseos a paso ligero hasta la natación, algunas modalidades suaves de ciclismo y la gimnasia de mantenimiento. Aunque lo cierto es que, realmente, no importa el deporte que practiques, sino cómo lo practiques. Adecuar las exigencias del deporte a las necesidades del cuerpo, actuar con sentido común y sensatez.

Para llevar adelante esta vida activa hace falta cuidar la alimentación y, por supuesto, la hidratación. Las personas mayores son más sensibles a la deshidratación y con la edad van perdiendo la capacidad de controlar la temperatura corporal, así como la percepción de la sed. Hay que insistir especialmente en beber más agua antes, durante y después del ejercicio físico.

El agua mineral de baja mineralización está especialmente indicada para las personas mayores, ya que además de refrescar al organismo, no introduce una cantidad excesiva de sales minerales. Esto es favorable para los riñones, el hígado y el sistema cardiovascular, elementos del cuerpo que en las personas mayores son más delicados y sensibles a los excesos de sodio, magnesio o bicarbonato.

En definitiva, en Importaco queremos recordarte la importancia de hacer ejercicio físico también en edades avanzadas. Tanto si eres una persona mayor como si convives con alguna, recuerda que salir a pasear, bailar, ir a la piscina o a la playa puede ser la mejor manera de proteger la salud y ganar en calidad de vida. ¿Quieres comprobarlo? ¡Sal a hacer deporte!

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