La deshidratación en personas mayores es un riesgo fácil de evitar. Pero para ello, el consumo de agua debería ser constante en una edad avanzada. Hay empresas que tienen en cuenta este aspecto a la hora de comercializar sus productos, como Agua de Bronchales, que contiene unas características especialmente beneficiosas para el organismo. El binomio agua y salud es indisoluble.
El riesgo de deshidratación se multiplica exponencialmente en el caso de las personas mayores. Sus necesidades hídricas son mayores y además, su consumo de agua suele ser menor. Bien por falta de interés, de memoria o de ganas, lo cierto es que están mucho más expuestos y debemos ser nosotros, sus cuidadores y seres queridos, quienes contribuyamos a evitar la deshidratación en las personas mayores.
La deshidratación no es otra cosa que la falta del agua suficiente para que el organismo pueda funcionar con normalidad. En términos generales, se requiere tomar unos dos litros de agua o líquidos también considerados sanos (zumo, té, bebidas isotónicas, caldo de verduras, etc.) para garantizar el suministro necesario.
Según cumplimos años, el índice de agua corporal va disminuyendo. En los cuerpos jóvenes, alrededor de un 60 por ciento de su peso es líquido. En el caso de las personas adultas y de edad avanzada, este porcentaje puede descender hasta el 45 por ciento.
Por eso, el riesgo es considerablemente mayor y la necesidad de ingerir agua constantemente, muy superior.
Existen dos causas de deshidratación en personas mayores:
– Pérdida excesiva de líquidos por diferentes vías.
– Aporte insuficiente, ya sea por despiste, por no sentir la necesidad, por demencia y otras enfermedades, o por la imposibilidad física de beber, derivada de enfermedades o de estados de inconsciencia.
Conscientes del peligro que pueden correr nuestros mayores, resulta esencial que tengamos claro cómo podemos ayudarles.
En primer lugar, desde luego, asumiendo la responsabilidad de hacerles beber más. Y, sin duda, estando muy pendiente de su estado físico para anticiparte a posibles problemas.
Debemos ser capaces de advertir el riesgo de deshidratación en personas mayores en sus primeros síntomas.
Pero ¿cómo podemos hacerlo? Para empezar, deberíamos fijarnos en el aspecto de su piel y sus mucosas. La piel de la boca, los labios y la nariz, por ejemplo, suelen presentar un aspecto seco, un tanto áspero, que se convierte en un indicador inicial muy claro.
Además, el ritmo de los latidos de su corazón suele ser mayor, al tiempo que desciende la tensión arterial. Otra señal inequívoca de la falta de agua en los mayores es que apenas orinan. Si no dan salida a los líquidos de este modo, es porque no les sobran. Si el problema de la deshidratación se acentúa, pueden llegar a sufrir confusión, desorientación, somnolencia y mareos, con dificultades para hablar. Los ojos hundidos, la reducción de su fuerza muscular en el tren superior y la sequedad de su lengua, en la que aparece una grieta, son otros indicios que deberías tener en cuenta al identificar un problema se deshidratación en ancianos. En caso de notar alguno de estos síntomas, lo mejor es acudir a un especialista para que nos proporcione una solución.
Para evitar el riesgo, lo mejor es anticiparse. Tengamos siempre a mano una botella de Agua de Bronchales, y rellenemos el vaso periódicamente. Deberemos quedarnos con ellos hasta que beban un poco y, de este modo, la relación entre el agua y su salud será perfecta. En Bebidas Naturales ayudamos, con nuestros diferentes formatos, a la mejora de la hidratación de todos los miembros de la familia.