Cómo enseñar a tus hijos a poner la mesa

Platos, vasos, cubiertos y una botella de Agua de Bronchales. Todo está dispuesto para disfrutar del almuerzo o la cena, saborear, comentar, charlar y alimentarse en familia. Cocinar y poner la mesa son las únicas rutinas necesarias para gozar de estos momentos. La primera queda en manos de los adultos. La segunda puede ser una tarea perfecta para los niños.

Los pequeños deberían aprender algunas tareas domésticas y responsabilizarse de las que estén a su nivel. Es una forma de descargar de trabajo a los padres, pero, sobre todo, es parte de la educación y el desarrollo infantil.

¿Por qué enseñar a los niños a poner la mesa?

Los niños podrían ayudar en cuanto tengan suficiente habilidad (3-5 años). Es como un puzle que permite desarrollar las habilidades cognitivas de los pequeños. Con ello consiguen memorizar, prestar atención e interpretar la posición y orientación de cada utensilio.

No se enseña solo para reforzar esas habilidades. Preparar la mesa, hacer la cama, vestirse, recoger los juguetes o lavarse los dientes son solo algunas de las tareas que los niños deberían aprender y hacer diariamente. Darles pequeñas obligaciones y deberes domésticos es criar niños que, en el futuro, serán adultos responsables.

Las tareas del hogar sirven para el desarrollo emocional. Aprenden valores como el compromiso, la empatía, la colaboración, la convivencia y la igualdad. Es importante que las tareas se repartan, que se comprenda que el orden y la limpieza del hogar es responsabilidad de todos y que no existen tareas propias de hombres y otras propias de mujeres.

Además, dándoles este tipo de responsabilidades, vamos sumando gotas de autoestima en los niños. Cuando se les da la oportunidad de hacer algo reservado a los mayores, comprenden que se está confiando en ellos. Confianza, seguridad en uno mismo, la sensación de ser útil y necesario… son todos factores importantes en el desarrollo de una autoestima fuerte y sana, que lleva a niños felices y, más tarde, a adultos capaces.

¿Cómo enseñar a los niños a poner la mesa?

La cuchara es el primer contacto de los niños con los cubiertos. Pero muy pronto descubren que los mayores usan el tenedor y el cuchillo, e incluso varios tipos de cada. A veces un vaso, a veces una copa. Ahora un plato hondo, ahora uno grande y plano… Todo un mundo. Existen diversas estrategias para enseñarles a hacerlo:

Cada día un utensilio. Los mayores ponen la mesa durante una semana y el niño se encarga de un único utensilio. Por ejemplo, poner siempre las servilletas. Conforme pasan los días, se va responsabilizando de un objeto más hasta que toda la mesa sea suya.

Usad un modelo. Dibujad en una cartulina un patrón donde quede clara la posición de cada cosa. El niño ha de fijarse en el dibujo y replicarlo en la mesa.

Jugad con la memoria. El niño ha de aprender la larga lista de utensilios y asegurarse de que no falte ninguno. Una forma de reforzar este aprendizaje es poner la mesa juntos, hacer que cierre los ojos, retirar algún cubierto y pedirle que descubra qué falta y dónde.

La decoración. No es muy común en los hogares ajetreados, pero en ocasiones especiales, los fines de semana o, simplemente, por jugar, se puede dar a los niños la oportunidad de hacerlo a su gusto: aquí una flor, allí una vela, hoy usamos platos de diferentes colores, mañana doblamos así las servilletas, etc. Es una manera de amenizar la tarea y fomentar la creatividad infantil. ¿Y si hacen manualidades para decorar?

En Importaco pensamos que la participación de toda la familia puede enriquecer mucho el cotidiano gesto de sentarse a la mesa. Educar en buenas prácticas es una responsabilidad compartida por todos los adultos. ¡Poner la mesa puede ser algo educativo y muy divertido!

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