La vida cotidiana se ha vuelto, para una inmensa mayoría, muy exigente. El tiempo vuela, las obligaciones apremian, las demandas profesionales y familiares se multiplican, y las semanas corren a gran velocidad. En este contexto, la mayoría de las veces, disfrutar de comida saludable a diario se convierte en una misión casi imposible.
De todos modos, siempre que atesores las ganas de cuidar tu cuerpo y la salud propia y la de los tuyos, serás capaz de desacelerar la rutina y ocuparte de ello. Puede que te estés preguntando por dónde comenzar.
Para seguir una dieta variada y, al mismo tiempo, nutrirse de platos sabrosos, por regla general, y como primera medida, hay que aprender a escoger los mejores alimentos y el óptimo modo de prepararlos. Una buena decisión es optar por aquellos bajos en grasas saturadas y en colesterol. Asimismo, adicionar a la dieta los de alto contenido de fibra, tales como cereales, frutas y verduras (apenas salteadas o crudas). Otra medida urgente debería ser reducir la cantidad de azúcar y sal, ya que esos excesos acumulados resultan una combinación perjudicial para el organismo.
Para demostrarte que es tanto o más sencillo de lo que imaginas, un ejemplo práctico: el desayuno. Un vaso de leche con chocolate, una barra de cereal y el zumo de una naranja, a simple vista, puede resultar un desayuno equilibrado. Pero no lo es. Para que se convierta en saludable, los azúcares no deberían añadirse ni a lácteos ni a los cereales, y a la fruta conviene consumirla entera (su zumo solo contiene demasiada fructosa).
En segundo término, la buena hidratación es fundamental para nutrirse de manera sana, pues contribuye al bienestar físico y emocional. Atención: no se trata de café, té, bebidas azucaradas o zumos (cualquiera que sea su tipo). Es importante que comprendas que hidratación es sinónimo de agua, indispensable para que tu cuerpo cumpla todas sus funciones adecuadamente.
Procura beber agua natural de alta calidad y de baja mineralización. Font S’Aritja, segura y confiable, es una buena elección. El mejor complemento de tus comidas.
Por último, para que lo saludable no suponga un déficit en el gusto, deberías aprender a endulzar y condimentar sin necesidad de acudir a la sal o al azúcar. ¿Algunos sustitutos naturales? La miel, en cantidades reducidas, es un buen reemplazo del azúcar. También algunos edulcorantes, aunque lo mejor que podrías hacer es beber infusiones sin endulzar. Y para reducir el uso de sal, el limón, la pimienta, el orégano y el romero, entre otros, suelen otorgar buen sabor a tus platos sin que ello suponga un riesgo para la salud.
A corto plazo, aprender a elegir un tipo de comida rica y a la vez sana requiere tiempo. ¿Por qué? Tendrías que comprar anticipadamente los alimentos en el mercado y tenerlos en la nevera; conjuntamente, su preparación exige un proceso más complejo que el de los productos industrializados. Ello supone un esfuerzo, aunque bien vale la pena. A medio y largo plazo, notarás los beneficios: más energía para realizar tus tareas diarias, mayor ligereza corporal, reducción de problemas digestivos… En consecuencia, gracias a una mejor alimentación, te sentirás mejor y reducirás el riesgo de padecer algunas enfermedades.
Desde el grupo empresarial Importaco deseamos aportar nuestro granito de arena para que alimentarte mejor y disfrutar de la comida saludable sea posible. ¿Te animas a realizar estos pequeños cambios de hábitos? ¡Ánimo! Tu cuerpo, más temprano que tarde, te lo agradecerá.