¿Tiene fecha de caducidad el agua mineral?

Nadie piensa en la caducidad del agua mineral hasta que se fija en el etiquetado. Descubrirlo se convierte en una curiosidad y no tardan en llegar las dudas. ¿Se pudre? ¿Es malo beberla pasada de fecha?

Lo cierto es que el agua mineral se etiqueta por motivos sanitarios, de control y para respetar el derecho a la información de los consumidores, algo muy necesario. Pero la naturaleza del agua la convierte en un alimento muy diferente de cualquier otro. ¿De verdad caduca? A continuación te explicamos los misterios de la caducidad del agua.

La caducidad de los alimentos

Los alimentos se degradan con el paso del tiempo. Según sea el alimento y el sistema de conservación, conforme pasan los días, semanas, meses o años, se pueden formar sustancias tóxicas extrañas en el interior. Estas pueden proceder de la degradación química del alimento o del material del envase.

Este factor es real, pero lo que más importa a la hora de determinar la caducidad de un producto es el riesgo de contaminación biológica. Las bacterias y los hongos pueden estar presentes en el propio alimento (algo que se evita total o parcialmente con métodos de esterilización), pero también pueden introducirse en el envase desde el exterior. Los microorganismos buscan los nutrientes contenidos en el alimento. En él crecen y de él viven.

Las probabilidades de que una colonia microbiana haya proliferado en un envase cerrado aumentan conforme pasa el tiempo. Por eso se establece una fecha de caducidad determinada por estudios científicos y análisis estadísticos. Gracias a estos se puede considerar con mucha certeza que el producto puede estar estropeado o contaminado pasado cierto plazo.

La fecha de caducidad no es un momento absoluto. No indica que el alimento sea inmediatamente tóxico. En realidad es una fecha de consumo preferente a partir de la cual no se puede garantizar que el alimento esté en las condiciones óptimas de sabor, olor, textura o color.

El caso del agua mineral

El agua como sustancia en su estado más puro, como elemento químico, por su propia naturaleza no se degrada. No obstante, cuando se encuentra en la naturaleza, en ella habitan algunos microorganismos, por lo que, si no se conserva en buenas condiciones, podrían proliferar colonias de bacterias, algas u otros microorganismos, puesto que siempre hay, aunque sea en cantidades ínfimas, una cantidad de materia orgánica natural en el agua.

El agua mineral nunca es del todo estéril. Puede tener su propia microbiota que la hace única. Esto no quiere decir que estos microorganismo sean perjudiciales para su consumo: el agua embotellada que se vende al público, como las de Importaco, están sometidas a estrictos controles de calidad de acuerdo a la normativa vigente, que garantizan que están libres de microorganismos patógenos.

Entonces, ¿por qué las botellas tienen marcada una fecha de caducidad? Bien, en realidad no es una fecha de caducidad, pues el agua no se caduca, no se descompone; sino que es una fecha de consumo preferente, en la cual se garantiza que (y esto es importante) siempre que se conserve en buenas condiciones, el agua será apta para el consumo humano. Fuera de esta fecha de consumo preferente, no quiere decir que el agua ya no se pueda beber, sino que, sus características ya no serán iguales a las que se encontraba cuando se embotelló y que, según se haya conservado una vez la has llevado a casa o a otros lugares, puede haberse contaminado de microorganismos del medio.

Por otro lado, aunque el agua mineral no se degrada, sí puede hacerlo el plástico de la botella, de manera que el envase puede liberar sustancias en el agua con el paso del tiempo. Los estudios llevados a cabo por múltiples organismos e instituciones independientes confirman que la cantidad de sustancias liberadas no supone un riesgo para tu salud. Pero estas sustancias sí pueden alterar las características organolépticas del agua mineral.

Desde Bebidas Naturales te recomendamos que protejas y conserves las botellas de agua en las condiciones que se recogen en el etiquetado:  en un lugar fresco, seco y protegido de la luz solar.

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