¿Sabes lo importante que es la hidratación en el embarazo?

Sin duda, uno de los momentos más delicados en lo que respecta a la salud de la mujer es el embarazo. Durante los meses que dura y los que siguen al parto, el cuerpo de la mujer sufre grandísimos cambios físicos y hormonales. El correcto desarrollo del bebé depende de muchos factores y el de la alimentación quizá sea el prioritario. En Importaco
trabajamos para ofrecer las mejores bebidas naturales para las madres. ¿Cómo afecta el consumo de agua mineral en el embarazo y la lactancia? Te hablamos de ello.

Durante el embarazo, agua y bebidas naturales

La correcta hidratación en el embarazo asegura una mejor salud de la madre y del bebé. De todas las bebidas naturales, el agua mineral es la más adecuada porque garantiza el 0 % de impurezas, que son potencialmente dañinas, como sustancias químicas o agentes biológicos que afectan a su calidad. En ciertas circunstancias y cantidades, estas impurezas podrían afectar a la salud de la madre o al desarrollo del feto.

Durante la gestación puede que existan ciertas molestias en las madres que se pueden mitigar bebiendo más agua (de manera moderada). Estos son algunos de sus beneficios:

Previene infecciones urinarias. Es realmente común durante el embarazo.

Reduce el estreñimiento. Las embarazadas suelen tener dificultades en la evacuación y el agua facilita el tránsito.

Reduce la sensación de piernas cansadas. La retención de líquidos es habitual en las embarazadas. Al beber más agua, se orina más y se facilita su eliminación.

Facilita la nutrición del bebé. Una sangre fluida y que transite bien por los vasos favorece que los nutrientes lleguen mejor al feto en desarrollo, por lo que se le alimenta mejor.

Durante la gestación las madres llevan en su interior una nueva vida que tiene sus propias necesidades hídricas. El agua disponible para ambos es toda la que tenga la madre. Por eso, a partir del tercer mes de embarazo es conveniente aumentar la ingesta diaria de agua mineral en unos 300-500 ml (uno o dos vasos más de agua).

Hidratación en el embarazo, pero también en la lactancia

Después del parto, las necesidades hídricas de la madre volverán al nivel normal previo al embarazo. Sin embargo, deberá aumentar la cantidad de agua bebida para compensar la que se pierde en la producción de leche.

La producción media de leche materna es de unos 750 ml diarios. Por lo tanto, aquellas madres que decidan dar de mamar a sus bebés, deberán sumar esa misma cantidad de agua a su consumo habitual. La correcta hidratación permite que las glándulas mamarias funcionen bien y produzcan leche de calidad. La especial finura y pureza del agua de mineralización débil o muy débil (menos de 50 mg/l de residuo seco) la convierten en la más adecuada.

Para el bebé también, puesto que aunque se recomiende hervir el agua del grifo para preparar los biberones y papillas, este proceso aumenta la concentración de cloro, sodio y potasio, algo perjudicial para el bebé. En cambio, el agua mineral natural no necesita hervirse por lo que es la mejor opción para la alimentación del bebé.

Llevar siempre a mano una botella de agua es vital durante el embarazo y la lactancia, sobre todo para beber más y mejor agua. El motivo por el que optar por el agua mineral Agua Doy de un litro es por su calidad, por su tamaño, su peso perfecto para poder llevar en el bolso o en la mano y por la ergonomía de su envase, ya que es realmente fácil de llevar cuando durante el embarazo se sale a caminar.

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