Ruta de las celadas de Bronchales: un paraje único

Cañones, barrancos, profundos valles y peñas destacadas. La orografía de la sierra de Albarracín, en Teruel, es tan dificultosa como generosa. No solo es bella en la lejanía, como paisaje, sino que ofrece al visitante pequeños hitos escondidos que le sorprenderán. Ese continuo de vueltas, cerros, barrancos estrechos y roquedos no hace más que jugar al escondite.

Detrás de la siguiente roca brota un manantial en cascada. Allí, al final del encinar, surge una plácida laguna. Un precipicio se alza sobre nuestras cabezas sin que hayamos sido conscientes de profundizar en él. Un río se abre camino serpenteando entre cañones. Allá, al fondo, descubrimos los tejados de un bonito pueblo. La sierra de Albarracín es un juego de formas. ¿Te lo vas a perder?

La ruta de las celadas de Bronchales

Entre los coquetos municipios de la sierra de Albarracín, encontramos Bronchales. Su discreción y su arquitectura cargada de historia no deben llevar a engaño. Este pueblo pequeño y recogido se abre al mundo ofreciendo uno de sus mejores dones: el agua mineral. De aquí se extrae el Agua de Bronchales, de excepcional calidad y pureza.

No puede ser de otra forma. El terreno define al agua y el agua al terreno. En Albarracín lo vemos en todas partes, pues esa orografía tortuosa es fruto del paso de lluvias y ríos. Un efecto erosivo que también se produce dentro de la tierra y que podemos conocer de primera mano con una ruta tranquila que recorre los alrededores del pueblo. Es la ruta de las celadas.

Las celadas de Bronchales, la trampa

Las celadas de Bronchales son cuatro dolinas, unos hoyos que el paseante se encuentra de manera inesperada. De pronto se descubre caminando por el borde de un brusco cráter. ¿Ha caído un meteorito? No, ha caído el agua gota a gota hasta diluir y quebrar el terreno.

El nombre de las celadas define muy bien este espectáculo. Una celada, una trampa, un engaño. Quién sabe cuántos animales prehistóricos fueron emboscados aquí por los primeros habitantes de la sierra. Por suerte, hoy las celadas solo son una trampa para el asombro del visitante, que las encuentra con la boca tan abierta como ellas mismas.

El recorrido por las celadas de Bronchales

Esta ruta circular de 5 km es poco exigente y nos permitirá disfrutar de la visión de un paisaje distinto. Es ideal para recorrer con la familia y abrir el apetito antes de volver al pueblo y disfrutar de la gastronomía local.

Toma la carretera A-1511 hasta el cruce TE-V-9021 a Monterde. Aquí empieza el recorrido. Camina unos 500 m por este camino y gira a la derecha para seguir la senda de la ruta circular. ¡Presta atención! En tan solo 200 m descubrirás la primera de las dolinas, un profundo embudo de más de 150 m de diámetro. Poco después te espera el segundo cráter en el terreno, de similares características.

Más adelante, un desvío a la derecha te llevará por un camino ascendente hasta una impresionante sima, la tercera dolina de las celadas. Encontrarás su perfil vallado y entenderás el motivo en cuanto te asomes y veas sus paredes verticales. Una vista espectacular. Si te giras, allá a lo lejos y más abajo verás las dos dolinas que acabas de visitar, como los impactos de un martillo gigantesco.

Regresa por el camino y retoma la ruta circular. 500 m después encontrarás la cuarta dolina, cuyas paredes más suaves nos indican que el paseo está acabando y toca regresar al pueblo.

En Importaco queremos que conozcas los parajes donde nacen nuestras aguas. No lo dudes, visita la sierra de Albarracín y recorre las celadas con una botella de agua mineral en la mochila.

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