La importancia del agua mineral en la tercera edad

El agua es esencial para nuestro organismo. Los especialistas aseguran que es necesario tomar entre un litro y medio y dos litros de agua cada día. En el caso de las personas mayores, la necesidad es todavía mayor. De hecho, tomar agua mineral en la tercera edad se convierte en un factor de salud y bienestar.

Hidratar el organismo con bebidas naturales es imprescindible para que este pueda desenvolverse en perfectas condiciones, especialmente, cuando las temperaturas suben y el calor genera el peligro de deshidratarnos.

En general, beber agua y refrescos minerales en las cantidades adecuadas es positivo para la salud. La piel se hidrata, la movilidad aumenta, el bienestar interior y exterior crece, nos sentimos más ligeros y contentos y reponemos los minerales que vamos gastando en el día a día. Además, la digestión de los alimentos resulta más plácida y, en general, las personas que beben agua de manera habitual consiguen un mayor equilibrio en su cuerpo.
Influencia del agua en la salud y el bienestar de los mayores

A partir de los 50 años, el cuerpo humano empieza a reclamar cuidados especiales que incluyen, de una manera aún más especial, el consumo frecuente de agua y bebidas naturales que favorezcan una excelente hidratación.

Con el paso de los años tenemos que intentar hallar soluciones a los diferentes aspectos que nos limitan el consumo de agua: la pérdida de apetito, que provoca una ingesta menor de minerales y alimentos que contienen agua (como la sandía o la sopa) y la persistente reducción de la sensación de tener sed. A medida que se envejece, se deja de percibir esa necesidad que en otros tiempos se identificaba claramente y se solucionaba con un buen vaso de agua o con Refrescos Minerales.

El riesgo de deshidratación es, en consecuencia, un peligro real para los mayores. Sobre todo en las épocas más calurosas, en las que los golpes de calor amenazan realmente la salud de las personas mayores. La ausencia de agua, asimismo, ocasiona problemas derivados, que pueden devenir en muy graves, como el estreñimiento, las infecciones de orina, los cálculos renales y diversas dificultades digestivas.

Además, la sequedad interior se manifestará también externamente, con una piel más reseca y menos juvenil que, desde un punto de vista estético, puede convertirse en un factor motivacional adicional para ellos.

Cómo incrementar el consumo de agua mineral en la tercera edad

Hay que tener presente que la capacidad de movilidad y el nivel de actividad física de las personas mayores es limitado. Por eso, resulta fundamental ofrecerles la posibilidad de beber agua de manera cómoda, sin esfuerzo, y de mantener en su conciencia la necesidad de consumirla.

En consecuencia, resulta muy útil asignarles una botella pequeña de Agua de Cortes, por ejemplo, o un vaso propio y dejárselo siempre a mano, de manera que puedan ser autónomos y puedan servirse cuando quieran. Asimismo, de vez en cuando, deberemos animarlos para que beban un trago, porque incluso teniendo el vaso al lado pueden ser reacios a beber o, simplemente, su falta de memoria puede privarles del consumo de agua y bebidas naturales que precisan.

Un buen zumo de naranja, un té caliente o alimentos ricos en agua como determinadas frutas y sopas frías o calientes son alternativas atractivas que nos permiten hidratarnos de una manera diferente. Crear una rutina para el consumo de agua mineral en la tercera edad, a la que ellos se acostumbren de un modo natural (el vaso antes del desayuno, a media mañana, a la hora de merendar y antes de acostarse, por ejemplo), es una práctica óptima.

Recuerda que Importaco y los especialistas en salud recomiendan beber, como mínimo, un litro y medio de agua diario.

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