La conservación idónea de tus envases de agua

Silencio y oscuridad. Ese es el entorno en el que las aguas minerales se «crían» durante siglos. En la absoluta quietud de la roca y sin contacto con la luz del sol, reposan a la espera de que les demos un digno uso. Y aunque te parezca extraño, esto tiene una relación directa con la importancia de conservar los envases de plástico.

El agua mineral es especial, porque así lo es su origen, como Font Teix, procedente de la hermosa sierra mallorquina de Tramuntana. Son puras, limpias, finas, saludables. Pero eso es así porque se conservan en un lugar privilegiado, protegidas de toda agresión y contaminación. Si las extraemos para disfrutar de sus propiedades, es lógico pensar que tenemos que evitar que sus características cambien.

Ahora, observa una etiqueta de agua mineral. ¿Qué señala? Te dirá que la conserves en un entorno seco, fresco, protegido de la luz solar y alejado de olores agresivos. Es decir, en tu hogar debes recrear, en la medida de lo posible, las condiciones en las que nació esa agua.

¿Cómo y por qué conservar las botellas de agua mineral?

Si fuera posible envasar el agua mineral en un recipiente que asegurara el respeto absoluto y para siempre de sus características, seguramente las indicaciones del etiquetado no serían necesarias. Pero el envase de plástico, que, dicho sea de paso, protege extraordinariamente bien el agua, no es «inmortal». Del mismo modo que a nadie se le ocurriría golpear una botella de cristal, la botella de plástico requiere sus propios cuidados.

El objetivo es proteger las condiciones naturales del agua mineral todo lo que puedas y por el mayor tiempo posible. Es decir, respetar su olor, sabor, color y composición. Protegiendo el envase consigues proteger el agua mineral. Si se guardan de forma adecuada, el envase precintado podría garantizar la conservación del agua mineral durante muchos años. E incluso cabe la posibilidad de que lo haga incluso indefinidamente.
¿Qué agresiones pueden producirse si no se hace correctamente?

– Los rayos ultravioleta de la luz solar o una temperatura elevada podrían estropear el plástico PET de la botella, que liberaría alguno de sus componentes en el agua. Está demostrado que las cantidades liberadas no afectan a la salubridad del agua, pero sí podrían presentarse olores y sabores de gusto artificial. No es lo que queremos en el agua mineral, que bebemos por su natural frescura y pureza.

– La botella es impermeable, pero no absolutamente hermética. A nivel microscópico, el plástico presenta poros tan pequeños que no dejan salir a las moléculas del agua, pero que, en ciertas circunstancias, sí podrían ser atravesados por moléculas del aire exterior. Las propiedades del agua mineral se verían alteradas si guardas las botellas junto a productos que emitan fuertes gases como, por ejemplo, detergentes, pinturas o disolventes.
¿Cómo conservar las botellas de agua?

Con lo que hemos señalado no te costará adivinar dónde y cómo guardar las botellas:

– Evita los lugares húmedos, con olor a cerrado o donde guardes productos químicos, como el garaje, el sótano o el armarito de la lejía y el detergente. Otros olores agresivos podrían ser los de ciertos alimentos: marisco, pescado, queso, etc.

– Evita los lugares soleados, sobre todo si da luz directa, como el balcón o la terraza.

– Evita los espacios caldeados, como al lado del horno o la estufa.

– Protege las botellas. Evita que se lleven golpes o que estén en contacto con el suelo. Es mejor guardarlas a cierta altura para que no estén en contacto con el polvo, el moho o cualquier otro agente que haya en el suelo.

En definitiva, en Importaco te recomendamos que, para conservar los envases de plástico, busques en tu hogar las condiciones de la antigua casa del agua. ¿Quieres disfrutarla tal y como fue concebida? ¡Regálale aislamiento y oscuridad!

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