Con quien mejor destacan las virtudes del agua mineral natural es con las personas más frágiles. Es el caso de los bebés y los niños.
¿Tienes hijos? Sigue leyendo, porque a continuación profundizaremos en los beneficios del agua mineral natural para la preparación de los alimentos infantiles.
Algo común a todos los seres vivos es que estamos formados en gran parte por agua, un 70% concretamente. En el caso de los humanos, los niños presentan el mayor porcentaje de esta, así como una mayor relación entre su consumo y el peso.
Es decir, en términos relativos, los pequeños consumen mucho más líquido que los adultos. Mientras un adulto medio consume cada día unos 35 ml de agua por cada kilogramo, los bebés toman unos 150 ml por kilo y día. Su metabolismo y el crecimiento exigen una gran cantidad de líquido. Esto implica que por el cuerpo de los niños pasa relativamente mayor cantidad de agua que por el de los adultos. Y esto significa que su organismo capta más sustancias del agua.
Por eso, es imprescindible asegurarse de que toman el agua de la mejor calidad, la más pura, limpia y sana. Ahí entra en juego el agua mineral natural, como el Agua de Bronchales.
La ley garantiza la salubridad del agua del grifo. Sin embargo, para asegurarla esta debe pasar por procesos de depuración física, química y biológica que, de un modo u otro, alteran sus propiedades.
El elemento más importante en la desinfección industrial del agua corriente es el cloro, una sustancia capaz de eliminar prácticamente el 100 % de las bacterias. Pero no es tan efectivo con ciertos microorganismos parasitarios. Ese es el motivo por el que se recomienda hervir el agua que se usa para los biberones.
El hervido funciona para resolver ese problema, pero contribuye a empeorar otro. Con la ebullición, parte del agua se evapora, lo que aumenta la concentración de las sales disueltas. Por ejemplo, los iones de nitrato y nitrito presentes en el agua corriente. Estas sustancias, más frecuentes en las zonas de actividad agrícola y ganadera (por los fertilizantes y el estiércol), son peligrosas para los bebés, porque aumenta el riesgo de padecer el llamado síndrome del bebé azul. Esta enfermedad altera la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, con las peligrosas consecuencias que tiene esto para la salud.
El agua mineral natural es la mejor opción para los alimentos infantiles. Estas aguas proceden de depósitos subterráneos a los que no llega la contaminación química ni biológica, por lo que no requieren un tratamiento de depuración ni desintoxicación. Son naturalmente puras y no necesitan esterilizarse con el hervido. Si es para beber directamente, el bebé (o el niño de más edad) no necesitará que la trates antes de ninguna manera.
Sin embargo, sí es recomendable hervir el agua mineral natural para desinfectar la leche en polvo, un producto que no está esterilizado. Lo recomendado por la OMS es diluir el polvo con agua a unos 70 °C. Para conseguirlo, te recomendamos que hiervas el agua mineral natural, la retires del fuego y esperes unos cinco minutos para que alcance esa temperatura. De esta manera esterilizas la leche, sin darle a tu bebé una cantidad peligrosa de nitratos y nitritos.
En definitiva, esta bebida no pasa por tratamientos agresivos porque, simplemente, no los necesita. En Importaco queremos destacar la importancia de alimentar a los niños con el mejor agua para asegurar su salud y su correcto desarrollo. ¿Es temporada de biberones en tu casa? ¡Usa agua mineral natural!