Las bebidas naturales, como el agua mineral Font Teix, se comercializan almacenadas en cómodos envases de plástico. Estos son higiénicos y ligeros, perfectos para el día a día. Están diseñados para un solo uso conteniendo su producto original.
Obviamente, reutilizar un envase vacío puede ser muy útil en ciertas circunstancias, sirviendo de sustitutivo en cualquier momento. Sin embargo, no recomendamos reutilizar estos envases de plástico. De hecho, esto lo podemos ver reflejado en las etiquetas de los envases.
Si el plástico es seguro y apto para uso alimentario, ¿por qué no reutilizar estas botellas? Hay serios motivos para evitarlo.
Existen algunos motivos por los que se desaconseja rellenar esas botellas de agua que son de un único uso. El principal es por precaución, ya que son muchas las personas que cada año sufren intoxicaciones causadas por beber de una botella reutilizada, ya que el líquido que contienen se puede volver tóxico.
Pero en este artículo queremos centrarnos más en las consecuencias del rellenado con líquidos alimentarios, como el agua de grifo, la leche o los zumos. ¿Qué puede desaconsejar la reutilización con bebidas de uso común?
Las botellas de agua precintadas y en buen estado son estériles y no albergan microorganismos, solo contienen el agua mineral con la que se llenan en el proceso de fabricación. Pero en cuanto la botella se abre, los microorganismos presentes en el entorno o en nuestra propia boca tienen acceso a su interior.
Es usual que la reutilización de los envases se haga repetidamente durante bastante tiempo (días, semanas o incluso meses) y que el envase no se lave bien cada vez que se repone el contenido, más allá de un enjuague rápido.
Por lo tanto, los millones de bacterias y hongos que puedan introducirse, encuentran en las botellas un entorno realmente agradable, cómodo y seguro. Crecen, forman colonias y se multiplican hasta niveles alarmantes en los resquicios y pliegues de la botella, así como en las fisuras imperceptibles que se forman con su uso continuado. Diversos estudios han prestado atención a la cantidad de gérmenes que crecen en las botellas reutilizadas y los datos podrían sorprenderte.
En algunos casos, se han identificado niveles bacterianos mayores que los acostumbrados en los retretes y botellas cuyo contenido no pasaría los controles sanitarios de potabilidad. No se trata de casos extremos, sino de situaciones de reutilización absolutamente cotidianas: la botella que usamos en la oficina, la del gimnasio o la que se llevan los niños al colegio. Son gérmenes que podrían causar enfermedades más o menos graves.
¿Qué hay del traspaso de sustancias químicas del plástico al agua? El envase de las botellas de agua mineral está elaborado con un plástico denominado PET, homologado y apto para su correcto consumo siempre y cuando el uso del envase sea llevado a cabo correctamente. El traspaso de sustancias que pueden llegar a ser tóxicas procedentes del PET al contenido del envase puede darse en el caso de que la botella se deteriore, por su uso continuado tras agotar el contenido original o por encontrarse en un lugar con temperaturas mayores que las recomendadas (bajo el sol de forma continuada, dentro de un coche en pleno verano o cerca de un foco de calor constante). Por ello, se recomienda guardar las botellas en un lugar fresco y seco, en el que tanto el continente como el contenido puedan ser almacenado y conservado en perfectas condiciones.
En definitiva, la proliferación de microorganismos es, con diferencia, el principal problema sanitario relacionado con la reutilización de las botellas. Aunque las laves es difícil eliminar todos los gérmenes, que siempre encuentran una microscópica grieta en la que habitar.
Por tu salud, desde Bebidas Naturales recomendamos no rellenar las botellas y garrafas de plástico. ¿Tienes sed? ¡Abre una botella nueva!