Beber agua mientras estudias te despeja la mente
Además de para calmar la sed normal, solemos pensar en el consumo de agua como en una manera de compensar la pérdida ante el ejercicio físico. Y no tenemos tanto en cuenta la importancia de beber agua mientras estudias.
En realidad, el esfuerzo mental no es muy diferente del esfuerzo físico. Con la actividad mental “mueves” y activas el cerebro, que necesita nutrientes, agua y oxígeno tanto como cualquier otro órgano del cuerpo, o incluso más. Al fin y al cabo, estudiar o hacer un trabajo intelectual intenso no deja de ser otra forma de entrenamiento.
Este tipo de entrenamiento pone a prueba la capacidad del cerebro. Este órgano siempre está funcionando a pleno rendimiento, incluso cuando dormimos, pero da todavía más de sí si lo exigen las circunstancias. Por ejemplo, al estudiar.
El cerebro quiere agua
Memoria, atención, concentración, comprensión, velocidad… son habilidades relacionadas con las funciones del cerebro, habilidades que requieren agua para mostrar todo su potencial. Es el agua lo que facilita el funcionamiento de las neuronas. Gracias a ella, estas células se comunican entre sí, de manera que la información captada toma la forma de aprendizaje y recuerdos. Justo lo que se busca al estudiar.
El cerebro está formado en gran parte por agua y es muy sensible a su pérdida. Si esta falta, el órgano se seca y ejerce peor sus funciones. Entre las consecuencias más evidentes y de aparición más rápida de la deshidratación están la fatiga mental, la desorientación, la impaciencia, el mareo y la dificultad para razonar. Nos cansamos antes y tenemos dificultades para que cunda el estudio. De hecho, las horas delante de los libros podrían no rendir nada.
Es por ello que hidratarte correctamente, incluso con una mayor frecuencia durante el período de exámenes puede ayudarte a mejorar el rendimiento de tu estudio. Por ejemplo, si todavía no tienes el hábito de beber un vaso de agua mineral por la mañana, quizás sea un buen momento para incorporar esta rutina, o también, si vas a estudiar, acompáñate de una botellita de agua para poder “refrescarte” cuando parezca que los libros se te echan encima. Tómate unos minutos de descanso y realiza pausas, bebe agua durante estas y aprovecha para comer algo y volver al estudio con las ideas claras. Cuando bebes agua, parte de esta, conducida por un riego sanguíneo más eficiente, se destina al cerebro y, gracias a esto, la información consigue ir de una neurona a otra con más facilidad y más rápido. En definitiva, el agua despeja la mente.
Para el estudiante, agua mineral
A la hora de estudiar y de mantenerse despierto con los apuntes, la principal ayuda es el agua. Es la bebida de origen natural que mejor contribuye a la hidratación de todo tu organismo, también de tu sistema nervioso, y que no posee ningún efecto rebote que acarree deshidratación o recaída del sueño y que no te aporta calorías extra.
Por lo tanto, el café o el té no sustituyen al agua. Si los tomas, acompáñalos con agua mineral, como la de Font Teix, para mitigar sus posibles efectos adversos.
Si eres estudiante, ten siempre un vaso de agua mineral sobre el escritorio o lleva una botellita a la biblioteca. Y si tus hijos están en edad escolar, asegúrate de que siempre tengan agua a mano, tanto dentro como fuera de casa.
Los cómodos formatos de las botellas de agua mineral de medio litro o un litro permiten llevarla siempre en la mochila. Tener el agua al alcance de la mano facilita la hidratación y nos mantiene despiertos. Cuando llega la hora de estirar las piernas y descansar los ojos, la botella puede acompañarnos para poder despejarnos mucho mejor.
Desde Importaco te recordamos que el agua forma parte de todos los momentos del día. No hay ninguna actividad ni función en nuestro cuerpo que no la necesite. Sea cuando haces deporte o cuando te pones a estudiar, el agua mineral será tu apoyo para compensar la pérdida hídrica o para mantener las reservas siempre en su punto ideal. ¿Empieza la temporada de exámenes? ¡Ponte a beber agua mientras estudias!